Resto de la saga El Fin Del Mundo

Tercera parte, la curvatura del cuadrado

1, Saliendo del meteoro
Según estos fantasmas que tengo alrededor, alguien ha acabado con nuestro jefe, en tal caso
debemos vengarnos, pero primero tenemos que salir de esta prisión rocosa, parece que
alguien ya lo ha conseguido, vamos a seguirle, a partir de ahora él será nuestro nuevo jefe.
Después de salir, hemos acordado un plan, vamos a vengarnos de la humanidad de una forma
sigilosa, vamos a propagar un virus que se contagie por la comida, así nadie se podrá escapar.
Ellos creían que su plan iba a funcionar, pero no sabían cuántos fallos tenía, qué equivocados
estaban...
2, El empiece del problema
Mientras, Luis volvía del supermercado a la casa que compartía ahora con su tatarabuelo, que
tenía el aspecto de tener 40 años cuando en realidad tenía casi 100, y con Jackob. Vivían en
una casa de Madrid, en un barrio de clase media. Luis dejó la compra sobre la mesa sin saber
que ya estaba intoxicada por el virus que habían empezado a propagar los fantasmas del
meteoro. Por suerte el virus producía síntomas como mareo y vomitar sangre por la boca cada
hora y media que no pasaba de medio litro por vez. Eran las dos del mediodía cuando los tres
se disponían a comer los macarrones que había preparado el tatarabuelo de Luis, sólo Jackob
se había comido un macarrón cuando llamaron al teléfono. Luis lo cogió. Era el doctor Mark,
del hospital central de Madrid. -Atención, si acaban de comprar algo, no lo coman, sois los
habitantes de la vigésima tercera vivienda en peligro de contaminación de un virus recién
detectado, ya tenemos algunos intoxicados aquí y aún no sabemos cuál puede ser el antídoto.
En ese momento, Luis colgó y les dijo a Jackob y a su tatarabuelo lo que le acababan de decir.
En ese momento su tatarabuelo se bajó de su silla y ayudó a Jackob a vomitar, pero parecía
imposible, hasta que empezó a vomitar sangre y caerse en el suelo, entonces Luis y su
tatarabuelo lo cogieron por los brazos y se dirigieron hasta la puerta de la casa. Luis abrió la
puerta y tuvieron cuidado de bajar los escalones tras haberla cerrado. Ya en la calle se
dirigieron hacia el hospital, que estaba a una distancia de tres manzanas, para llegar cuanto
antes tendrían que coger el metro, había una entrada que conducía a una estación
subterránea dos calles hacia la derecha.
3, Viaje esperanzado
Ahora que se quedaban parados esperando el tren, observaban como la gente sólo se fijaban
en ellos, menos mal que el transporte llegó diez minutos antes de que Luis les fuera a decir
que dejaran de hacerlo. Entonces se montaron y se sentaron en tres asientos, pero la gente de
dentro también los miraba, parecía una obsesión. Después de que una persona chequeará los
billetes, Luis observó como un hombre que había enfrente empezó a tener los síntomas del
virus después de comerse un trozo de pan, en ese momento, Jackob también empezó a
vomitar de nuevo y cundió el pánico en el vagón del metro. Cuando faltaban tres paradas para
llegar a la más cercana al hospital, el metro entero empezó a chirriar con las vías que
marcaban su curso, algo extraño estaba pasando, Luis fue a averiguarlo dirigiéndose hacia la
locomotora dejando a su tatarabuelo con Jackob. Cuando llegó a la puerta de la locomotora,
descubrió que esta estaba cerrada, aun así pudo ver por el cristal como nadie dirigía el tren, el
conductor estaba desplomado en el suelo en medio de un charco grande de sangre. En ese
momento, Luis se dio la vuelta y rompió el cristal de incendios que contenía un hacha en su
interior, en cuanto lo hizo se dispararon todas las alarmas del tren, pero no tenía otra opción.
A continuación rompió el cristal de la puerta con el hacha y se metió dentro por el agujero que
este dejó atrás para cerciorarse de que el conductor estaba muerto y ponerse a los controles
del tren. Es cierto que un adolescente de 16 años normal no sabría mucho de trenes, pero este
tampoco había nacido ayer, algo sabía, los controles básicos, acelerar, frenar, abrir puertas... y
poco más. Menos mal que había un manual en la guantera. Mientras Luis se las arreglaba
como podía con los controles de la máquina, el resto estaba en el caos total, cada vez había
más portadores del virus, menos mal que el tatarabuelo de Luis intentó calmar a los pasajeros,
pero los pasajeros de los demás vagones estaban descontrolados. -Tranquilícense todos, este
virus solo se propaga por la comida, así que les recomiendo que no coman nada hasta que se
ponga cura a este problema. Todo iba bien dentro de lo que cabía suponer hasta que en la
locomotora el conductor pareció dar señales de vida, al principio sólo movía los dedos, pero
poco a poco se fue levantando hasta tocar a Luis, quien se dio un susto tremendo al verlo así. -
¿¡Pero usted no estaba muerto?!-Decía mientras se apartaba de él. -No... no...solo...
me...he...desangrado...un...poco-pronunciaba como podía el pobre hombre. -¿Pero ha comido
algo recientemente? En ese momento empezó a entonar una carcajada descarrilada. -Si... he...
comido... algo... recientemente... dice,... me... he... dado... un...atracón...con...mi...amigo.
Entonces señaló un armario alargado que había al lado de la puerta, con los traqueteos del
tren, se entreabrió un poco dejando descubrir un cadáver con poca carne adherida a los
huesos y rodeado de moscas. Ya teníamos otro síntoma, la locura, pero sólo se daba si era
mucha la cantidad de comida que el enfermo había comido. Lo sorprendente es que aun se
mantuviera vivo con toda la sangre que había perdido, menos mal que este virus sólo era
mortal si el sujeto moría de desangro o asesinado por otro enfermo con demasiada dosis en el
cuerpo, eso quería decir que aún estaban a tiempo de descubrir el antídoto y salvar a mucha
gente. Luis tomo una medida desesperada, cogió el hacha que había dejado en el suelo y se la
clavó al conductor en el pecho, al final acabó muriendo como tenía que morir, pues el hacha
hizo una herida lo suficiente grande como para que el cuerpo se quedara sin sangre, así dejaría
de sufrir, no tenía otra opción. Después de que la vida abandonará su cuerpo, Luis extrajo el
hacha y la lanzó a la esquina más lejana del habitáculo. Ahora, más nervioso que nunca, Luis
volvía a ponerse a los controles para parar la máquina en la siguiente estación, sólo quedaban
dos, aún podían conseguirlo. Se apearon la mitad de los pasajeros, que huyeron despavoridos
no dejándose nada de milagro, el resto se quedó por obligación, Madrid era muy grande y no
era buena idea la de recorrer andando tres barrios en media hora cuando en diez minutos se
llegaría al mismo sitio, diez minutos fatídicos, eso sí, pero diez minutos a fin de cuentas.
Después de parar en la próxima estación, sólo quedaron en el tren los enfermos y sus
acompañantes, pero nada más arrancar la máquina se quedó sin combustible, Luis hizo que
descarrilase para seguir hasta que por lo menos el tren parara acostado en su destino final.
4, El poder de la luz
Tras parar la máquina, todos salieron como pudieron teniendo más dificultades los que tenían
el virus en el cuerpo. La gente que esperaba el tren se quedó estupefacta ante semejante
suceso.
Luis acudió a ayudar a su tatarabuelo para sostener a Jackob y poco a poco salieron a la calle
subiendo los escalones de uno en uno. Tuvieron que cruzar la calle por el paso de cebra para
llegar al hospital. Una vez allí encontraron al doctor Mark bastante atareado, pero aun así les
concedió unos minutos. -Usted nos llamó para que no nos contagiáramos del virus, pero
nuestro amigo se ha contagiado, díganos como van las investigaciones del antídoto. -Hemos
analizado la forma de actuar del virus, que proviene de la comida, sí, pero no cualquier
comida, sólo la natural, y que luego se propaga por el cuerpo a través de la sangre, le da igual
de qué grupo sanguíneo sea esta, A+, 0-,... da igual, porque creemos que el virus sabe, por
decirlo de algún modo, como actúa este grupo sanguíneo ante los virus, de forma que sólo nos
queda una opción, necesitamos células madre que fabriquen sangre de un nuevo grupo
sanguíneo, lo llamaremos grupo C. Para crear este nuevo grupo serán necesarios dos sujetos
que contengan grupos sanguíneos muy poderosos, como AB+ y 0+, quizá el antídoto consista
en eso, en las células madre del niño que pertenezca a este nuevo grupo sanguíneo. -
¿Podemos ayudaros en algo? -No, ya tenemos a los sujetos, ¿Queréis conocerlos? A
continuación se llevaron a Jackob junto con los demás infectados y nos llevaron a una sala
dónde estaban una mujer y un hombre. -Está pareja corresponde a lo que estábamos
buscando, actualmente no tienen hijos, pero por lo demás son una pareja bien consolidada,
llevan siéndolo desde la adolescencia, y ya cuentan treinta y algo. La chica actualmente está
embarazada del chico de 3 semanas, según nuestros análisis, el bebé que salga tendrá en su
interior el antídoto que esperamos. En ese momento, Luis recordó que ese día era el 21 de
junio de 2009.
5, La larga espera
Según iban pasando los meses, la única forma de sobrevivir era comiendo sustancias no
naturales, por ejemplo, derivadas del petróleo.

Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
Enero
Febrero
Marzo 

Y por fin llego el 21 de marzo de 2010, la madre vino corriendo con su marido a su lado y
entraron en el paritorio
Al día siguiente ya nos dejaron contemplar al pequeño Bob, él no sabía como de milagrosa era
su llegada.
Tras diez años, ya fue seguro comer comida natural, pero los investigadores querían saber
desde donde se empezó a expandir el virus, les costó dos años descubrirlo, pero lo importante
es que lo consiguieron y le informaron a Luis por una razón, porque sabían que este asunto
había comenzado a ser personal para él.
6, El hechizo
Luis, su tatarabuelo y Jackob, ya curado, volvieron a un sitio que ya era bastante conocido para
ellos, el lugar donde había caído el meteorito, se metieron por el agujero y se posicionaron
ante la gran roca para presenciar cómo los fantasmas que la habitaban salían de ella y se
fusionaban en una única entidad. Luis y su tatarabuelo se concentraron para hacer un hechizo
con la magia que el Disco del Cenit les habría proporcionado, este no rejuveneció a Luis porque
lo habría llevado a números negativos y no hizo efecto sobre su tatarabuelo porque este ya
había rejuvenecido gracias a este poder. Con el hechizo destruyeron al fantasma y la roca
haciendo que ese lugar no provocara ningún tipo más de mal.
7, Después de que se despejara la bruma
Aunque Bob se hiciera famoso por traer consigo el antídoto para este tan nefasto virus, siguió
su vida todo lo bien que la puede seguir cualquier persona, los medios de comunicación
hicieron lo posible por no hacer favoritismos y menciones a la familia haciendo caso a las
incansables peticiones del nuevo abogado familiar, Jackob, que desempeño este trabajo tras
recordar sus años en la universidad haciendo la carrera de magisterio. Jackob había cambiado
mucho desde que se había unido a Luis y a su tatarabuelo, pero ahora había cambiado mucho
más para realizar su nuevo papel en la vida. Pero Luis y su tatarabuelo no se quedaron atrás,
también ayudaron a los enfermos, a la familia y a los investigadores para combatir posibles
epidemias futuras que asolaran a la humanidad, en ese aspecto nunca se rindieron, siempre
intentaron ver la luz por muy oscuro que pareciera el túnel.
Epilogo
Lo que está por venir
Aunque las historias acaben bien, siempre pueden tener aspectos que las lleven al lado oscuro,
para que alguien lo inunde de luz. En esta ocasión tres almas veían aquella luz, pero desde
perspectivas, la de Bob era una luz que le iluminaba el camino hacia su vida; para Chris, era
una luz que no se podría creer que estuviera viendo, sentía como si volviera a nacer, pero sabía
que no era así, pues tenía casi 30 años y estaba en un hospital, la bala le había traspasado el
cuerpo, el casquillo se había encontrado un poco chafado en el suelo del museo; Gabriel veía la
luz con la que resplandecían las puertas del cielo, una vez más volvía a verlas, tras haber vivido
dos vidas mortales, Dios había decidido que era su hora de descansar, le había dado la
oportunidad de elegir la opción de diluirse en la eternidad, y la aceptó, pues ya tenía de ganas
de despedirse de todos los mundos que había conocido, del infierno, del mundo terrenal y del
cielo, adiós a todos, hasta siempre.
Fin

Cuarta parte, relaciones entre galaxias 


1, LA PREDICCIÓN
Después de un año después de la derrota de los fantasmas del asteroide, a una panda de descerebrados entre los que se encontraba el padre de Eric (muerto por Luis en la segunda parte) se les ocurrió hacer una organización tipo mafia. Este padre, que por cierto se llamaba Andrei, recibió una predicción de una sacerdotisa que consistía en que la organización (Los seguidores del asteroide) iba a encontrar a un niño, que, sin otro remedio, se iba a unir a la organización. Pero lo que no sabían era que este niño iba a llevar a la organización a la perdición, pues este niño era Bob, el que había curado a millones de personas con sus células madre. Mientras tanto otra organización se había creado para destruir esta y poder gobernar el mundo en su lugar, pero ésta ya había encontrado a su fuente de ideas, una niña llamada Carol. Después de un tiempo, con las incesantes luchas entre las dos mafias de fondo, Bob y Carol se conocieron y poco a poco se fueron enamorando.
2, El nuevo amanecer
Aquel día 1 de Febrero Chris salía del hospital con 30 años y toda una vida por delante, parecía
sorprendente que hubieran pasado más de diez años desde ese día en el museo, se habían
pasado como un plumazo. Lo primero que hizo fue buscar una casa abandonada en el pleno
centro de Creta, Grecia, no fue tan difícil como esperaba, pero tuvo que compartirla con Gavi,
un chico con pelo de escarola que parecía bastante majo. Chris tenía la sensación de que
alguien muy lejanamente cercano a él corría peligro o iba a hacerlo. En Madrid, Luis y su
tatarabuelo cogían la avioneta en pos de ese mismo sentimiento, volaron hasta Creta y
recogieron a Chris, reconocido por el tatarabuelo de Luis, se sorprendió bastante al ver que
todavía seguía vivo.
3, Aliteración
Por necesidad obvia, Bob, Carol y otros niños acudían a clase en una sala de la sede conjunta
de las dos mafias, que poco a poco se iban reconciliando y uniendo en una sola, pero
camuflada a los ojos de la autoridad. Uno de estos alumnos era Dehmar, y era el mejor amigo
de Bob y Carol, en ocasiones organizaba sus escapadas para que pudieran mantener su amor
prohibido.
Pero hasta que empezase a pasar eso, pasó mucho tiempo, o eso le pareció a Bob; nada más
conocer a Carol en las clases se enamoró de ella, el proceso inverso es lo que más duró de
conseguir. Tan embelesado estaba Bob por Carol que le dedicaba algunas canciones de las que
componía. Los compañeros se fueron enterando de su afición musical y le pedían que cantase
alguna canción, incluso hubo una que se hizo más famosa que las demás y se publicó en
Internet. Un día en una clase libre por falta del/a profesor/a, sus compañeros le pidieron
cantar y, después de cantar 1 ó 2 de las “de siempre”, empezó a cantar las canciones
dedicadas a Carol, en ese momento Carol empezó a intuir que le gustaba a Bob.
Tuvieron que pasar 2 meses para que Carol aceptase a Bob, fue entonces cuando empezaron
sus escapadas, ¡Ay, si no fuera por Dehmar, Carol nunca habría aceptado a Bob!
4, El descubrimiento
Sería por una cosa o por otra, pero los miembros de la mafia empezaron a sospechar, aunque
puede que ni siquiera supiesen de qué estaban sospechando...
Más tarde empezaron a vigilar por la noche, a hurtadillas, los jardines de la mansión, dónde se
reunían Carol y Bob. Cuando este lugar dejó de ser seguro, Dehmar empezó a desesperarse
porque no encontraba una hora y un lugar donde Carol y Bob pudieran estar juntos... a menos
que...
5, La fuga
La única esperanza parecía ser la fuga, pero debía estar muy bien planeada, no fue fácil, pero
al fin fue ideada. A primera hora del día ya tenían todo preparado, Carol y Bob salieron del
edificio y fueron hasta el aeropuerto, mientras tanto, Dehmar llamaba a la policía estatal para
que mantuvieran un grupo apostado al frente y por detrás de la mansión, acto seguido se
metió por una trampilla y fue a coger el metro, llegó a casa de Luis y demás antiguos y nuevos
compañeros una media hora después. El avión aterrizó en Londres sin ningún problema, sabían
que este plan sólo era una avanzadilla, pues lo que predijo Dehmar acabó pasando...
6, Desesperanza
Un mes después, Carol y Bob advirtieron que Londres había dejado de ser un lugar seguro,
pues los seguidores del asteroide habían escapado de las garras de la policía estatal y habían
comenzado a buscarlos, con lo listos que eran no iban a tardar en encontrarlos.
Tras huir por casi todo el planeta, el programa de protección de testigos asignaba lugares cada
vez menos turísticos, pero a pesar de eso los mafiosos les seguían el rastro y eliminaban
cualquier obstáculo que se lo impidiera, ya sea una persona o un semáforo de vías. Cada vez la
situación iba a peor.
7, Preparando el viaje
Su último destino fue Estados Unidos, adonde fueron todos nuestros protagonistas en la
avioneta, la cual había cambiado considerablemente, tenía más asientos y mejor carrocería, les
costó bastante trabajo a Luis, su tatarabuelo y Jackob, hay que decir que fue una gran ayuda la
de Chris y Dehmar. Estuvieron a punto de aterrizar forzosamente en Clearwater, menos mal
que Chris había aprendido bastante a ser buen piloto gracias a Gabriel. Ahí renovaron fuerzas y
Jackob consiguió un transporte hasta Cabo Cañaveral para Bob y Carol, los demás se quedaron
en Clearwater, pudieron comprar una casa vendiendo la de Madrid. Un buggy llevó a Bob y
Carol hasta Cabo Cañaveral, donde por milagro consiguieron una nave espacial y una
descomunal fuente de combustible, la pena fue que el lanzamiento fue televisado un año
después (tras haberse entrenado para la experiencia), a pesar de que fuera la última esperanza
que les quedara, se llevaron el disco del Cenit para poder salvar las distancias entre los
planetas en una maleta de tamaño y peso considerables. Epilogo Hacia el infinito
Fue malo el día en que los seguidores del asteroide veían el lanzamiento de la nave donde iban
Bob y Carol en una televisión de un escaparate, en seguida se pusieron a trabajar en una nave
que reuniera las condiciones suficientes para seguirles. Tras medio año de duro trabajo,
emprendieron la marcha en su busca y ojala que no hubiera funcionado la máquina, pero lo
hizo.
Fin

Resumen del final de la Saga El Fin del Mundo 

Quinta parte, más allá de las estrellas 

Bob y Carol viajan por todo el universo para despistar a los seguidores del asteroide.

Sexta parte, al otro lado del espejo 

En Europa, un satélite de Júpiter, Bob y Carol descubren que aunque habían encerrado a los
seguidores del asteroide muy lejos de allí habían conseguido espiarlos a través del mundo de
los espejos, Bob y Carol destruyen todos los espejos que hay cerca suyo y los hacen formar
parte del montón de basura espacial que hay por el universo.

Séptima parte, la destrucción de la nada 

Bob y Carol descubren como deshacerse totalmente de los espejos y de los seguidores del
asteroide.
Fin Definitivo

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